Las decisiones estratégicas requieren un alto nivel de análisis; acumulación de información, aplicación de modelos que ayuden a organizar datos desestructurados, a obtener distintas perspectivas y a proyectar la evolución futura de los factores que puedan influir en nuestras decisiones.
La toma de decisiones requiere la capacidad de enfrentarse con las herramientas adecuadas a la solución de problemas muy complejos y por eso es importante “no saber” para poder afrontar cada situación con una perspectiva fresca.
Este artículo de HBR nos dice que las mejores decisiones estratégicas las toman aquellos que deciden pausadamente; los que prefieren “no saber” porque no quieren predeterminar la solución y por eso analizan, sopesan, valoran alternativas y finalmente toman una decisión sobre una base sólida, una decisión objetiva ajena a sus deseos y preferencias personales.
https://hbr.org/2016/07/slow-deciders-make-better-strategists